La siesta

LA SIESTA

Una instalación de bernardo krasniansky

Las materias ceden. Una presión transforma el movimiento y éste se altera y muta hacia estados en que cierta duración es perpetuada. Incluso los objetos más discretos, reunidos por el accidente de existir –familiares según la causalidad coincidente de funciones concretas– reciben sin tormento la riada excesiva y totalizadora del color, y ahora son tentados a permanecer: por obra de una impregnación, aparecen suspendidos en una consistencia estática que sugiere el congelamiento del tiempo, para, quizás, invocar así la disuasión de sus orillas más ásperas, y revertir su efecto, a través del concurso de una tonalidad apaciguadora.

En La siesta, de Bernardo Krasniansky, el color no sólo viene a enfatizar la secreta cadena semántica que reúne en el interior de un mismo campo –aquí representado a partir de la circunscripción indicada por el habitáculo intervenido– elementos con anatomía propia: una silla, una mesa, un escobillón. Herramientas y muebles retenidos, es cierto, en el parentesco de la austeridad doméstica y la economía formal –la geometría determinada por lo sucinto–, pero, no obstante, revestidos de excepcionalidad y extrañeza a partir de la infiltración turquesa que también los disuelve e integra entre sí y con su medio.

lasiesta04

El efecto es, a su vez, el de una cancelación de funciones: una alteración es habilitada aquí, según la cual aquello que existía y participaba en el mundo según sus propias potencialidades, es expuesto ahora al desabrigo de una existencia distinta, y acaso inhóspita. Porque, aunque la silla, la mesa y el escobillón sigan perteneciendo a la indicación funcional convenida, ahora también habitan los territorios extranjeros de un encantamiento inútil e incongruente.

La mesa. La silla. El escobillón. Pese a la simplicidad monástica de los elementos, la composición trinitaria de Krasniansky tripula un arca exquisita, en que el conjunto plantea, a partir de la audacia cromática de la uniformidad, el concurso de una forma de habitación arbitraria. Esta estrategia ya había sido empleada por el artista, en sus inicios, incluso en las incipientes acciones performativas y happenings desde la década de 1950, en que él tomó parte, y cuyas ambientaciones irreverentes acondicionaban los climas para la irrupción de los acontecimientos; pero, sobre todo, en las instalaciones –hoy históricas– de mediados y finales de los años 70, en que los objetos cotidianos eran sometidos a un enrarecimiento que trastocaba la funcionalidad estable y habilitaba otras.

Esta arca parece recoger, asimismo, la obsesión de Krasniansky por el agua: captura en el cubo congelado del sueño, del tiempo, la ilusión de una inmersión acuarelada, potenciada por la iluminación de una única ventanilla que arroja una luz que, como diría Gabriel García Márquez en uno de sus cuentos, “es como el agua”.

El espacio (re)creado por Krasniansky inventa en el sueño cian el momento de una integración. Aquí, donde el verde vegetal se encuentra con el azul acuático, también se reúne una totalidad continental con los puntos más acotados de una insularidad: una casa, una habitación, una mesa, una silla, un escobillón. Un cuarto propio para que el sopor de la siesta sea capaz de recibir, por fin, y aunque sea de manera efímera, la purificación aportada por la transparencia más deseada.

Damián Cabrera

Febrero de 2021

lasiesta08
lasiesta07

Es un momento especial del dia. El momento donde detenemos nuestra jornada y la dividimos em 2: antes y después de la siesta. El color elegido nos remite al ensueño. Sueños cortos que muchas veces nos asombran em ese momento letárgico del día. En vez de un catre, una silla que nos dice que el descanso no es total. Permanece una vigilia en la siesta. Una mesa pequeña vacía. El escobillón nos acerca a la persona que allí hacia su siesta. Imaginemos historias y situaciones de un sitio, sus habitantes y sus habitaciones,

lasiesta06

Mirador LUCES

Habitación de 3x6x6h mts iluminada naturalmente por balancín. Una silla, una pequeña mesa y un escobillón. Totalmente pintada de turquesa. La pintura deja vestigios de color y textura originales de la habitación. Se observa desde la puerta lateral.

Autor del proyecto Bernardo Krasniansky.

Ejecución y fotografías por Félix Toranzos.

Colecciones Destacadas
Horarios
Agendamiento

Puede solicitar una fecha especial AQUÍ

Facilidades

Si necesita algún acceso especial solicitar AQUÍ

Registrate
Scroll al inicio